miércoles, 9 de mayo de 2007
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En aquella época de mis jóvenes 16 años, el que apareciera una musa, mi Musa; fué un milagro. Una energía desbordante y casi ininterrumpida, brotaba. Dibujaba, pintaba, escribía, tallaba, amaba!!! Como conté antes, dibujaba el perfil de mi amada y llenaba de guardas, dibujos abstractos y otros figurativos. Ponía un color aquí y otro allá. Me gustaban los cuadros de Joaquín Torres García, con su Constructivismo. Tomaba cosas de este maestro. La figura del pez, del ojo, el hombre, la mujer, el ancla, la luna, el sol, etc.etc. Y quedaba una composición colorida, constructivista(pero no respetando la recta), atractiva, armónica; pero con un segundo mensaje"oculto". Donde en aquel tiempo, nadie veía de tan "ocultado" que estaba. Jajaja, me río de aquella etapa, de ese niño-adolescente enamorado de su musa, que la homenajeaba con cuadros donde ella misma estaba tapada. Y estaba comensando. . . No sabía que creaba un estilo. No era consciente que la "saturación" estaba en todo. En la naturaleza, la obra del hombre, el universo, el conocimiento. . ., en fin todo!
